Como teníamos previsto a las 10,10 horas salimos del lugar de costumbre y con la gran amenaza de una gran nevada cosa que no fue así y nos dejó disfrutar de un bonito día y con dirección a la Rioja concretamente al bonito pueblo de Salinillas de Buradon.
Pasamos por el castillo abandonado de la finca de la Corzanilla en el termino municipal de Rivaguda,a las orillas del rio Zadorra.
Llegamos a Salinillas de Buradon o como se dice en Euskera Buradon Gatzaga y agradecemos el cafetito caliente que amablemente nos ofreció la sobrina de Javier y su esposo y nos enseñó el bonito chalet a las afueras de la villa.
Después nos adentramos en esta villa que en la edad media se fortificó con una muralla.La riqueza de la villa estaba fundamentada en el manantial salino y que actualmente la aprovechan para una fabrica de conservas como salmuera.
Esta villa fue fundada por el Rey Alfonso X el sabio en el año 1264.
Recientemente se ha restaurada toda la muralla y hay que destacar las bonitas casas que están restauradas y a juzgar por su contracción en esta villa se manejaba mucho dinero.
Destaca la construcción en el centro del pueblo el palacio de los Oñate así como la torre de los Sarmientos,los Ayala y los Guevaras.
Después de tomar un caldito caliente pusimos rumbo a Labastida y paseando por las calles nos encontramos este cartel en una carnicería,gracioso.
En esta población se han encontrado restos de una necrópolis y sepulturas pertenecientes al miocero.
Es en la alta edad media es cuando alcanza un gran esplendor y se convierte en una plaza de armas y que recibió el titulo de Villa entre los siglos XII y XIV de parte de los Reyes navarros.
En el siglo XIII el Rey Sancho el Sabio fundo el templo fortaleza conocido como la Ermita del Santo Cristo.
Después de pasar de manos navarras pasó a manos de castilla en el 1463 y empezó a formar parte de las cuadrillas.
La contrucción de la bonita iglesia de tiene esta villa fue efectuada entre los siglos XVII y XVIII la edad de oro y le pusieron el nombre de Ntra.Sra.de la Asunción.
En el siglo XIX sufre una gran decadencia y las arcas de la villa se van mermando por la bajada del precio del vino y por la manutención de la tropa francesa acuartelada en Labastida.
Este aspecto tenia la sierra desde lo alto del pueblo.
Después de disfrutar estas bonitas vistas desde la Ermita Del Santo Cristo,a comer y aunque el día estaba soleado el viento aquí arriba era muy fino y alisaba el cutis.
Y después vuelta a Vitoria haciendo una parada en el Hotel Ruta Europa a tomar un cafetito y alguno se atrevió a tomar un chupito.
Otro bonito día para recordar.hasta pronto.
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